Un lugar para encontrar

lunes, 31 de diciembre de 2012

Memorandum

Hoy no encuentro imágen para expresar lo que siento, quizás agotamiento por el año que termina, quizás esperanzas en el nuevo año que comienza. 
Todo lo vivido pesa en las espaldas como un recio costal de trigo, pero hay una certeza de que fue un buen año y que de tanto plantar, por fín se podrá empezar a recoger.
No entiendo de aburrimiento y de inercia, sólo entiendo de ásperas manos por el trabajo, de doloridos costados por la carga y cansados corazones, sufrientes, amantes, anhelantes latidos.
La cámara fue mi aliada, el pincel mi arma y el alma, la guía que necesitaba en esta carrera de obstáculos, que por fín este año que se marcha, parece haber sido más leve. Pero la meta no está en el lugar al que nos alcanza la vista, sino tras la esquina, esa esquina que no podemos ver y que nos hará siempre mejorarnos. Como motor, los sueños, porque alguien dijo "que de sueños se vive" y como descanso, la paz en un reducto de paraiso terrenal orillado por el cerúleo mar y escoltado por la firmes montañas.
En la música encontré los más bellos sones que se pudieron jamás escuchar, los acordes místicos que rodeaban a la "quintaesencia". En los más pequeños encontré lo más grande, la bondad y la inocencia de un mundo que tiene menos de "Humano" y más de "Ser". En los mayores encontré...bueno, más bien me topé con las caras que componen a las personas y escarbando en su interior descubrí luz donde creí que había oscuridad y, desgraciadamente, viceversa.
He tenido el consuelo de ser el naúfrago que sobrevivió al espumoso mar que con sus fuertes cabellos mecía mi acompasado destino.
He encontrado a grandes personas que me ayudan en mi camino diario y he dejado algunas atrás, más bien, decidieron quedarse atrás. 
He soñado y cumplido sueños.
El arte llamó a mi puerta y a través de la historia me conquistó otra vez más, como si alguna vez me hubiese perdido. 
Me perdí y me encontré en la ciudad de la Sabiduría y por sus calles cargadas de edades me sentí feliz.
Confieso que he vivido un año que jamás creí poder tener y si se me permite la licencia, lucharé porque el siguiente sea aún mejor, porque nací para esto, para ser un luchador.
Feliz 2013.

31 de Diciembre de 2012.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

"Rocío"

En las cálidas mañanas de la primavera un rumor se oye en las marineras salinas. El pueblo sabe que se acerca las fecha, la hora en la que el Rocío de la mañana vuelva a cubrirlos y a llenarlos de júbilo.
Este obra se trata de una de las acuarelas que realizo con el fin de practicar con esta técnica tán compleja pero que a la vez, es tan efectista y agradecida. Mi interés reside en la atmósfera y vaporosidad de las cosas, de ahí que se atisben detalles que no se muestran con claridad, mientras los puntos realmente importantes aparecen más contrastados, sin llegar a ser de una gran nitidez.

Ramírez Torres, Guillermo: Virgen del Rocío (2012); Acuarela sobre papel. 24x32 cm. Propiedad del autor.
Fotografía: Guillerno Ramírez Torres

lunes, 10 de diciembre de 2012

Si te dicen que te amé-La historia de un poeta en la mar.


Es dificil mirar atrás y no tener vértigo de lo pasado. No me equivoqué, arriesgué, jugué y perdí. He luchado contra fuerzas mayores a mí. He escrito versos de dolor, amor, sentimiento y pasión. He sido herido por flechas más duras que el hierro y he sangrado por mis heridas tanto que creí desfallecer. He peleado por sueños que parecían imposibles. He navegado por mares tempestuosos que hacían naufragar a cualquier barco que osara atravesarlos. He naufragado y deseado hacerlo mil y una veces más. He sido rescatado y he contado mi historia de amor con el mar de espumosos cabellos. Ahora en tierra firme, soy feliz de haber sobrevivido a aquello y de ser un poeta que cuenta historias que jamás creerán.

Fotografía: Guillermo Ramírez Torres

sábado, 8 de diciembre de 2012

Blanco y azul


La ciudad ha palidecido, los árboles, ya desnudos, muestran sus retorcidos y ancianos huesos, tanto como los de la misma ciudad en la que hunden sus raíces. La murallas ya no tienen centinelas estivales, y las almenas son balcones vacios. En la plaza, lo único que parece cobrar vida es su monumento, que en una interminable asunción vigila a la mariana urbe mientras el cielo se viste de sus colores, blanco y azul. Murillo o Martínez Montañés soñaron con pintarte y tallarte, y te hicieron Virgen Niña, Colosal, Venerable y Cieguecita. Ahí permaneces, salvo el 8 de Diciembre que pareces bajar para hacerte presente en la ciudad más hermosa del mundo que te reza "Ave María, Sine Labe Concepta"

8 de Diciembre de 2012, Festividad de la Inmaculada
Fotografía: Guillermo Ramírez Torres

jueves, 6 de diciembre de 2012

"Domus Sapientiae"


La casa de la sabiduría, el hogar de la mente, de la razón, de la ciencia. Tras cada puerta una vía, un camino: Música, lógica, gramática, filosofía, aritmética,...La decisión es tuya, solo tu puedes escoger qué puerta cruzar, y detrás de cada una, una senda que te llevará lugares recónditos y maravillosos. Los guardianes de la puerta te guiarán y te enseñarán lo necesario para caminar sin peligro. Sin embargo, déjame recomendarte algo, viajante. No cierres ninguna puerta que cruces, y si puedes, abre cada una de ellas antes de cruzarla, así quizás te sea más fácil llegar al centro de la casa de la sabiduría.

Fotografía: Guillermo Ramírez Torres

martes, 4 de diciembre de 2012

Se acerca el invierno


Las sombras del invierno comienzan a llegar y proyectan mortecinas formas. El calor de la luz desaparece y todo queda tibio, casi sin fuerzas, como si quisiera reservarlas para el resurgir de la primavera. Nada escapa a ello, ni la vítrea cerámica ni el frío hierro. Todo aguarda su momento para resurgir.

Fotografía: Guillermo Ramírez Torres

domingo, 2 de diciembre de 2012

La soledad del Guerrero


Esperando, solo, ante un jardín florido. Impasible y pensante. Así pasan los días mientras todo se mueve, cambia, vive. Muchas las heridas, pocas las victorias. Cada cicatriz un recuerdo, a veces doloroso, a veces glorioso. En tiempos de paz pasa así el tiempo, esperando, solo, ante un jardín florido. Impasible y pensante. Impaciente, porque no sabe si la próxima batalla que luche será la última.

Fotografía: Guillermo Ramírez Torres