La mirada limpia del niño que se asombra con los tesoros ambulantes que puedes encontrar en cualquier calle, un regalo diario. Pajaritos, periquitos y otros animales de compañía que hacen las delicias de la vista inquieta de quien empieza a conocer el mundo. Ojalá todos pudiéramos mantener la mirada del niño, para sorprendernos con la multitud de detalles que forman nuestra vida.
Fotografía: Guillermo Ramírez Torres
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