Mi estilo radica más que en grafías propias, en la temática,
predominando en este caso, la mitológica. Esta temática sirve como medio para
explicar los hechos que ocurren a diario de una forma mítica, siendo un
conocimiento anterior al científico pero no por ello peor, pues se narraban
historias de grandes hazañas. Personalmente le doy mucha importancia a contar
historias, de ahí que busque eso, que aquello que realice invite a buscar más
información sobre el tema.
En este caso la temática principal del grabado es la de la
divinidad menor Caronte, conocido como el barquero del infierno. Caronte es el
encargado de transportar a las almas por la laguna Estigia, puerta del Hades.
Como cobro de sus funciones obtiene dos óbolos, que en los rituales funerarios
son colocados sobre los ojos de los muertos. Se le suele representar como un
viejo decrépito, triste y tiránico que atosiga a las almas que transporta en su
barca. Pocos son aquellos vivos que cruzan la laguna y vuelven, como ya le ocurriera
a Eneas.
En la Historia de Arte siempre ha sido un personaje que ha
levantado mucho interés y es representado por Miguel Ángel en el fresco del
Juicio Final en la Capilla Sixtina. Aunque dentro del grabado, Gustav Doré fue
el que mejor lo representó.
En mi grabado, Caronte es casi una sombra, un espectro
triste y demacrado que ejecuta su deber sin la menor pega. El fondo,
aprovechando las vetas de la madera y algunos claros, sirve para simular la
laguna Estigia y la oscura profundidad del Averno. Sobre la laguna, la barca,
que se constituye de cadáveres, con lo que gana en dramatismo la imagen.
Esta obra está realizada sobre una sección transversal de un
tronco, grabándose la imagen con buril, es decir, la técnica de la contrafibra.
Tras haber pulido bien la madera procedí a grabar la imagen y tras entintarla
con rodillo la estampé sobre papel Fabriano Rosaspina de color crema de 35,7 x
25 cm.
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